Si yo le tocara a la puerta para hablarle de un automóvil nuevo, usted probablemente me preguntaría:
-¿Qué tipo de automóvil?- Suponga que le dijera: “de ningún tipo, es sólo un automóvil!”
Usted no me creería, dado que no existe hoy en día automóvil alguno que no sea de ninguna “clase”.
Nuestra forma de pensar es igual con respecto a las iglesias.
Si yo le digo a usted que soy cristiano, usted inmediatamente me preguntará:
“Que clase de cristiano?
Usted no se puede imaginar a un cristiano que no pertenezca a alguna “clase” de iglesia.
Todos hemos crecido en un mundo lleno de iglesias.
Nosotros no las abrimos, ni las creamos, ni las queríamos.
Simplemente las heredamos. De la misma manera en que pensamos en los automóviles, creemos que no hay iglesias, sino “tipos” de iglesias.
Pero el automóvil original, el primero de todos, no era de ningún “tipo”. Era un simple un automóvil “el” automóvil.
En ese tiempo, la gente no pensaba en “tipos” de automóviles no había tipos.
Solamente había “el” original y el único automóvil.
Desde ese automóvil original, se han construido muchos tipos de automóviles. Nuestro mundo de hoy está lleno de “tipos” de automóviles.
De hecho, ni siquiera podemos pensar en un automóvil sin pensar en un “tipo”. Pero el primer automóvil no era de ningún “tipo”.
Usted puede ser simplemente cristiano de la misma manera que lo eran los cristianos originales; no de ningún “tipo” solamente un cristiano.
Usted puede estar en la iglesia; la iglesia original, y no en ningún “tipo” de iglesia; solo la iglesia.
Mateo 16:18 dice: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”